jueves, 20 de agosto de 2009

INSONORIZA TU VIVIENDA

En ocasiones, ni siquiera estar en casa nos aporta esos momentos de tranquilidad que deseamos cuando volvemos de la calle. Parece que traemos el ruido con nosotros; y es que el ir y venir de tus vecinos, el instrumento que toca tu hijo o el continuo tráfico que no deja de molestar con sus sirenas y pitidos se han alojado con nosotros. Una de las soluciones más eficientes para paliar estos trastornos es insonorizar la estancia. Es un recurso muy práctico que puedes trasladar a toda la casa e incluso aplicar a muchos objetos que consideres una molestia. Si tienes este problema, te enseñamos a solucionarlo.

Lo más habitual es que aislemos tan solo las habitaciones donde tengamos ruido; por ejemplo, si tocas un instrumento, o bien las que necesiten silencio. También puedes insonorizar únicamente las zonas de donde proceda: el techo, una pared, las ventanas o incluso el suelo. Piensa que si solucionas el problema recubriendo lo menos posible, ahorrarás dinero y conservarás más espacio porque este procedimiento reduce, aunque poco, el espacio de la estancia.

Hoy en día existen materiales para todo tipo de superficies: desde los más comunes, para paredes, ventanas y puertas, hasta amortiguadores para sistemas de ventilación, maquinarias que están en el exterior del edificio, extractores, sistemas de climatización, etc.

Tipos de aislantes
Espuma de poliuretano: es un buen aislante acústico. Hay muchas variedades en espuma y son prácticamente incombustibles.

Fibras minerales: son bastante ligeras e no inflamables. Las puedes encontrar de roca o de cristal.

Fibras vegetales: resistentes a los golpes y muy rígidas. Las encontrarás en losas o paneles. Son inflamables porque están compuestas por hilazas de madera compactas.

Películas plásticas de aluminio: se venden en rollos y son fáciles de colocar. Sólo tienes que aplicarle una cola especial y adherirlas a la superficie que quieras aislar.

Losas de poliestireno expandido: son fuertes y se alicatan utilizando una cola plástica.

Soportes elásticos: evita que uses puentes acústicos para insonorizar la habitación.

Cerramientos: son sencillos y rápidos de instalar y traen la ventaja de que se adaptan a cualquier circunstancia y superficie.

Barrera acústica: son paneles que nos ayudan a aplacar el ruido que proviene de aparatos a cielo abierto; el sistema de climatización colocado en una azotea, por ejemplo.

Silenciadores acústicos: se colocan en los tubos de ventilación, aparatos de aire acondicionado, extractores, etc.

Cómo insonorizamos nuestra habitación
Antes de ponerse manos a la obra, tenemos que preguntarnos qué ruidos son los que nos molestan y qué zonas queremos insonorizar. Además tenemos que decidir los aislantes que vamos a utilizar; ya que no todos son igual de efectivos en las mismas condiciones. Existen, incluso, materiales que ofrecen resistencia al fuego, evitan la humedad, soportan golpes, etc. Es necesario conocer su efectividad antes de colocarlos.

Procedimiento
Paredes: se deja una cámara de aire entre nuestra pared y el aislante que vamos a colocar. En el espacio que queda entre ambos se introduce un absorbente. La nueva pared la revestiremos con cartón-yeso. Los enchufes los empotraremos en la nueva pared de modo que queden fijos.

Techos: se sigue el mismo procedimiento; se engancha un techo flotante, entre ambos, un absorbente, y luego recubrimos la superficie con cartón-yeso. Cuanto mayor sea la cámara de aire, mejor será el aislamiento. Cerciórate de que no quede ninguna instalación sobre el techo original porque si necesitamos utilizar algún cable, por ejemplo, nos resultará muy difícil acceder a él si tenemos que atravesar dos superficies.

Suelo: colocaremos un aislante antivibratorio, amortiguadores y planchas de madera prensadas. Dispondremos sobre el nuevo suelo el revestimiento: losas, tarimas, gres, moqueta... Recuerda que la cámara de aire tiene que estar siempre presente.

Ventanas: las podemos insonorizar aplicando un doble acristalamiento y cerciorándonos de que se encuentren bien selladas a la pared.

Puertas: son imprescindibles si quieres un cuarto perfectamente aislado. Aquellas habitaciones que están completamente revestidas (ventanas, techos, suelos, paredes y puerta) se las conocen como cajas flotantes.

Podemos insonorizar todas las zonas que consideremos que lo necesitan; incluso las paredes de los armarios empotrados.
(Información procedente de Euronoisecontrol.com, El Mundo, http://www.mailxmail.com/.)