lunes, 21 de septiembre de 2009

CHIMENEAS


Antiguamente, la chimenea ocupaba un lugar preferente en la cocina porque además de calentar servía para cocinar. Actualmente, lo habitual es situarla en la sala de estar. Gracias a la tendencia en interiorismo de suprimir muros y unir zonas como el comedor, la cocina y el estar, también puede ubicarse en una zona intermedia. Hay que escoger modelos muy adecuados a cada ambiente.
Normalmente, la encontramos apoyada en la pared, en el suelo o sobre una plataforma, aunque también puede ubicarse sobre una columna y utilizarla como extractor de humos hacia el exterior. Las empresas ofrecen además la posibilidad de realizarla a medida, con lo que puede adoptar múltiples formas. Los diferentes materiales para construir una chimenea pueden depender en buena medida del presupuesto disponible. Una opción económica es el cemento. Si se busca un matiz más sofisticado se puede emplear la madera, el mármol, la piedra o el hierro lacado en negro.
La chimenea puede estar encastrada en la pared, apoyada sobre ésta o ser una unidad exenta dentro de la sala. Si es de éstas últimas puede ubicarse en un lugar central de la habitación y adquiere una personalidad propia. En el mercado, existen modelos variados de chimeneas independientes.
Otra gran división de tipos de chimeneas es según si su funcionamiento es a base de leño natural o si se trata de una chimenea de gas. Las ventajas del leño, además de su imagen cálida y auténtica, es su bajo coste en gasto energético. El gran inconveniente es su continuo mantenimiento en lo que a limpieza se refiere. Todos los tipos de chimeneas se rigen por una normativa técnica que el instalador debe prevalecer. Es muy recomendable que la zona de fuego quede cerrada por una puerta de vidrio especial que puede adquirirse por separado en las tiendas especializadas.
No debe colocarse la base de la chimenea sobre parquet o tarima ya que puede ocasionar un desgaste prematuro del pavimento. Además, hay que elegir el asiento sobre el que descansa, teniendo en cuenta que la salida de humos tiene que ser lo más recta posible.
Si la chimenea va adosada a la pared hay que inspeccionar que en dicha pared no pasen conductos eléctricos, especialmente a la altura del hogar o zona de fuego de la chimenea. También, debe evitar colocarse en lugares cercanos a aparatos eléctricos. En las chimeneas empotradas, el marco puede ser de mármol, bronce, acero, cemento o piedra. En general, el material elegido debe ir en concordancia con el concepto de interiorismo que guíe la vivienda. Para colocar los leños la opción más cómoda es un contenedor al lado de la zona de fuego.
Periódicamente deben realizarse limpiezas de conductos de humos. Existen productos químicos que se queman en el hogar de la chimenea y hacen que se desprenda el hollín fijado al conducto, aunque si lleva tiempo sin limpiarse puede contratarse el servicio de un deshollinador profesional.

(Este artículo se ha elaborado con imágenes procedentes de los catálogos de las firmas Stuv, y texto de Decopasión).